Vivimos en una sociedad donde el mercado marca las tendencias. Este mercado cruel, nos tiene sobre estimulados sexualmente, donde la sensualidad es el arrastre perfecto para atraer a los potenciales clientes, pero a su paso arrastra con lo que encuentra a su paso. Quienes están sufriendo los embates de esta sexualidad masiva son principalmente los niños y adolescentes, quienes de a poco han tenido que absorver lo quieran o no a través de todos los medios de comunicación, del constante bombardeo de sensualidad y erotismo presente por donde pasan o miran.
¿Cual es el papel del trabajador social ante este fenómeno social?, Dentro de una multiplicidad de acciones que los Trabajadores Sociales pueden realizar como agentes de cambio social en relación a este tema, se encuentra el de RE-EDUCACION. Me gusta este termino, por que representa lo que muchos padres y especialmente hijos necesitan saber o volver a repasar sobre el tema de la sexualidad.
Quiero presentar a continuación un extracto de mi tesis, en cuanto a la definición de tres términos que deben ser entendidos en su perpectiva correcta, no como sinónimos, si no, mas bien como términos distintos y no intercambiables: Sexualidad, Sexo y genero.
DEFINICIÓN DE: SEXUALIDAD, SEXO Y GÉNERO.
En este apartado se definirán términos que se han ocupado frecuentemente, y que a lo largo de esta investigación van a seguir siendo utilizado.
1. Sexualidad
La sicología sostiene que la persona es sexuada, con ello se afirma que la sexualidad no es una parte aislada, sino que es una dimensión intrínseca de ella, que la individualiza en todo su ser y que puede y debe estar integrada en sus aspectos esenciales: biológico, psicológico y espiritual. La citada integración se proyectará en el contexto de la vocación personal, sea esta un llamado al matrimonio o a vivir como célibe, otorgando una coherencia al actuar, que no es otra que la que emana de una unidad de significados. Cualquier intento por separar alguno o todos estos aspectos de la sexualidad del núcleo personal constituye una violación a la unidad e integridad de la persona. (Coon, 1995)
No sólo se trata de saber que existen diferencias biológicas entre hombres y mujeres y que éstas se expresan psicológicamente, sino que además es necesario que diciendo sí a estas diferencias se reconozca que por la razón de que ambos son personas, merecen y deben ser tratados con igual dignidad. (Zeguers, 2003)
La sexualidad desde la antropología se define como la integración de la persona desde cuatro postulados básicos: Diferencia entre los sexos; Inclinación natural entre los sexos; La complementariedad entre los sexos y La inclinación natural entre los sexos. (Zeguers, 2003)
2. Sexo
La antropología cultural ha establecido que los machos y las hembras de muchas especies animales no pueden distinguirse con facilidad. Aunque difieren en su estructura cromosómica y en sus órganos externos e internos de reproducción, no se diferencian en nada más. En cambio, los humanos son sexualmente dimórficos, es decir, las hembras y los machos de nuestra especie muestran diferencias bastante marcadas en tamaño y aspecto. Las mujeres tienen pelvis proporcionalmente más anchas. Los hombres suelen ser más altos y tienen esqueletos más gruesos y fuertes que las mujeres. Las mujeres tienen mayor proporción de grasa en su peso corporal; los hombres, mayor proporción de músculos. Los hombres suelen tener mayor fuerza de agarre en la mano; corazón y pulmones proporcionalmente mayores y más capacidad aeróbica de trabajo (mayor capacidad máxima de oxígeno durante el ejercicio). Lo que en definitiva está diciendo la antropología es que entre hombres y mujeres existes diferencias físicas y fisiológicas = a sexo. (Ember, 2008) .
Desde la psicología se informa que biológicamente se puede argumentar la diferencia desde el nacimiento, cuando el óvulo es fecundado por el espermatozoide, donde ambos gametos aportan la información genética. En esta unión donde hombre y mujer tienen la misma participación se determina genéticamente el sexo de cada ser humano. La constitución del par del cromosoma 23 (XX o XY) determinará si será hombre o mujer. Por ende, desde la génesis embrionaria, hombres y mujeres comienzan su desarrollo sexual insertos en un cuerpo donde el desarrollo psicológico y espiritual va a asentarse. (Zeguers, 2003) .
La real academia de la lengua española define sexo como: “Condición orgánica, masculina o femenina de los animales y las plantas”[1]
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La perspectiva de género ha sido un movimiento amplio que se origina desde distintos lugares de la reflexión. Se ha definido género como las diferencias en el comportamiento de hombres y mujeres determinadas culturalmente. Es así como distintas culturas establecen patrones de conducta y tareas definidas como propias de lo que se espera del hombre y la mujer, estas definiciones trascienden el sexo biológico. (Zeguers, 2003)
La pregunta que subyace a la discusión de género es si se nace hombre o mujer o se llega a ser hombre o mujer por influencia cultural. Dos miradas o visiones se mencionan: La primera mirada es la perspectiva naturalista, donde prima lo condicionado naturalmente en la diferenciación sexual biológica. El sexo biológico define esta diferencia donde las personas son tratadas con una identidad de género particular. A partir de esta diferencia anatómica de los sexos se genera todo un movimiento simbólico y cultural que marca a la persona: como se nombra, se viste y actúa de acuerdo a lo socialmente establecido para varón y mujer.
Por otro lado, la visión feminista, que tiene como precedente a Simone de Beauvoir[1], quien se preguntó ¿Qué es una mujer? En su libro El segundo sexo, destaca el elemento cultural como el precursor de la diferencia entre varón y mujer. En esta concepción, la unidad sexo-género es un constructor cultural en pro de la mantención del poder del varón. En oposición a la visión naturalista, señala que género-sexo son un conjunto de prácticas, símbolos, representaciones, normas y valores sociales, que las sociedades elaboran a partir de la diferencia biológica y que dan sentido a la satisfacción de los impulsos sexuales, a la reproducción de la especie humana y la relación entre la personas. (Zeguers, 2003) .
[1] Simone de Beauvoir (París, 9 de enero de 1908 - 14 de abril de 1986), fue una novelista y filósofa francesa. Escribió novelas, ensayos, biografías y monográficos sobre temas políticos, sociales y filosóficos. Su pensamiento se enmarca dentro del existencialismo y obras como "El segundo sexo" son elementos fundacionales del feminismo. Fue pareja del también filósofo Jean Paul Sartre.
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