martes, 10 de enero de 2012

¡Entiendes lo que lees¡

En muchas ocasiones vemos un libro que nos llama la atención, lo compramos, y  ¡que sorpresa nos llevamos¡ cuando comenzamos a leer y no entendemos nada, o muy poco o tenemos que hacer grandes esfuerzos para entender un párrafo.  Luego se presenta ante nosotros una gran frustración.

En otras ocasiones nos envían por correo una guía con 10, 20 o 30 hojas (lo que no es mucho) y es muy difícil saber con certeza que está diciendo esa inentendible guía. Luego se presenta ante nosotros una gran frustración por no lograr entender esas líneas.

¿Qué sucede con nosotros, estudiantes de Trabajo Social?.  Creo que la diferencia entre un Trabajador  Social y otro Trabajador Social no radica totalmente de la Institución desde donde hemos egresado o egresaremos (esto es un buen tema para otro artículo), si no, de cuántos libros de Trabajo Social o relacionados hemos leído y entendido, y de cuantas guías hemos logrado saber de que tratan.

¿Entendemos realmente lo que leemos?, esta es una pregunta que debemos considerar con mucha franqueza, en un auto análisis de nosotros mismos.  Aunque la respuesta sea aterradora y nos cueste aceptarla, o mejor: aceptarla, reconocerla y hacer algo para revertir la situación de no entender lo que leemos.  Uno de los fundadores del movimiento chileno Educación 2020, Mario Waissbluth, en su libro Se acabo el recreo entrega cifras alarmantes en torno a la educación  que hemos recibido los que ya hemos salido de la enseñanza media y muchos de nuestros hijos.  El dice:

          “…en Chile, el 92% de los adultos con educación superior termina no
          entendiendo completamente lo que lee.  No es un error tipográfico el 92%”.


          “… dos de cada cinco escolares termina cuarto medio sin comprender lo   
          que lee”


         “… mas de 100.000 niños que egresan anualmente de la educación  básica  
         no entienden lo que leen”


Creo que muchos de nosotros estamos dentro de estos egresados que nos cuesta mucho entender lo que leemos: ¿Qué podemos hacer?, ¿a quién le reclamamos?, ¿debemos hacer la enseñanza básica y media nuevamente? Imposible. ¿Existe alguna solución para este problema?, ¿existen cursos para aprender a leer?.  ¿Esta situación es irreversible o podemos hacer algo para comprender mejor lo que leemos?

Algunas Recomendaciones
Sin lugar a dudas, el tener una buena capacidad lectora es la mejor base para emprender el proceso de aprendizaje.

Debemos saber que la lectura que se realiza con el objetivo de aprender, no es igual que la lectura que hacemos cuando queremos informarnos o simplemente entretenernos (leyendo un diario o una novela, por ejemplo), en cuyo caso el que no entendamos una palabra o un párrafo completo, no tiene mucha importancia.

Cuando leemos para aprender, la situación es distinta, pues tenemos necesariamente que comprender todo lo que se nos presenta en el texto.

Quiero destacar solo algunas recomendaciones para comenzar el ejercicio de comprender lo que leemos:


1.     Contexto donde se realiza la lectura

Para realizar una lectura con el fin de aprender, es decir, para estudiar, es necesario preocuparse de algunos aspectos del contexto o ambiente en que realizará dicha actividad.

a.     La habitación o lugar de estudio: Debe estar bien ventilada y poseer una temperatura agradable,  sin molestias de ruidos ni otro tipo de distracciones y sobre todo un lugar donde te sientas cómodo.

b.     Dentro de lo posible, la mesa y la silla deben ser cómodos. Con la posibilidad que se pueda tener encima todo el material que se va a necesitar, y sin otros objetos de distracción. (con mayor razón si te cuesta concentrarte)

c.     La luz debe ser preferiblemente natural. Si no es posible, se sugiere que sea blanca o azul y que proceda del lado contrario a la mano con la que escriben (a un zurdo la luz tendrá que provenirle de la derecha).

    d.     Debe cuidar mucho la postura: el tronco estirado y la espalda apoyada en el respaldo    de la silla, manteniendo una distancia de unos 30 cm. del libro o apuntes. Si es posible, el texto debe estar inclinado por un atril u otro objeto, ya que esto ayuda a que la vista no se canse tan pronto.


2.     Velocidad de lectura

Otro aspecto importante a la hora de estudiar es la velocidad con que se lee, ya que aun cuando se tenga una excelente comprensión de lectura, esta no servirá de nada si usted no alcanza a abordar la totalidad del contenido que debe estudiar en el tiempo establecido.

Para aumentar la velocidad lectora, tenemos que partir de los fundamentos de lo que es leer.

Al leer nuestros ojos van moviéndose “a saltos” o fijaciones en las que se agrupan una o varias palabras. Por lo tanto, para aumentar la velocidad de lectura tenemos que tratar de realizar el menor número de fijaciones posibles en cada línea, para así en una sola fijación abarcar el mayor número de palabras posibles.

Esta es una técnica de lectura veloz, pero solo quiero mencionarla, ya que en algún otro artículo o si ustedes quieren pueden averiguar de este tema, el cual es muy interesante y da la posibilidad de leer mas rápido con mayor capacidad de comprencion.



 3.     Técnicas para rescatar la información relevante
 Es importante que cada uno de nosotros adquiera algunas técnicas que se acomoden a su personalidad, forma de estudiar, tiempo, etc. que te ayuden a rescatar las ideas principales contenidas en el texto. Para cumplir con este objetivo, a continuación le entregamos algunas estrategias que le podrían ayudar.

a.     Subrayado

El objetivo del subrayado es destacar las ideas esenciales de un texto, con el fin de que una vez terminada la lectura, al leer únicamente lo subrayado se pueda recordar el contenido global de dicho texto.

Existen teorías sicológicas de la percepción humana que fundamentan esta técnica, ya que está demostrado que la memoria se fija y recuerda más y mejor aquellas cosas que se resaltan. Por esto, es necesario que tu no sólo conozcas esta técnica, sino que también la domines y la uses.

El subrayado consiste en resaltar (si prefieres de otro color o un método que elijas para subrayado)  aquellas series de palabras que tienen sentido y contenido semántico propio, de modo que con una lectura posterior de lo subrayado esto tenga sentido, se entienda el texto y se vean reflejados sus datos más relevantes.

Por ello, NO es necesario subrayar artículos, conjunciones y preposiciones. SI es conveniente subrayar sustantivos, verbos, adjetivos, fechas, nombres propios, etc.

Es evidente que esta es una técnica algo difícil de llegar a dominar y que requiere mucha práctica.  Puedes crear tu propia forma de subrayar, con el objeto de destacar la información que consideras relevante recordar, y usar formas, rayas círculos, cuadrados colores o lo que estimes con el objeto de que tu entiendas o recuerdes  porque lo realizaste.

Es necesario practicar mucho, ya que al principio crees que todo lo que lees es importante y digno de destacar, pero la práctica te enseñara que no todo es realmente importante en un texto.

Ejemplo:

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LOS ROMANCES
Uno de los géneros más abundantes de nuestra literatura son los romances. Los hay de todas las épocas. Desde el punto de vista cronológico, los romances se dividen en:
1º Romances viejos.- Son casi todos anónimos. Hoy está generalmente admitido que proceden de los Cantares de Gesta; los episodios más interesantes de los largos cantares de gesta fueron siendo cantados independientemente del resto del Cantar por los juglares. El verso épico monorrimo se rompe y da origen a los versos octosílabos con rima en asonante los pares. Los romances viejos aparecen a partir del siglo XIV. Los temas de estos romances son generalmente históricos, en torno a prestigiosas figuras de la historia nacional (el Cid, el rey Rodrigo, los Infantes de Lara, Fernán González, etc. Se agrupan formando ciclos de romances. Otros romances tratan de episodios de la Reconquista: son los romances fronterizos. Hay romances inspirados por las hazañas de los caballeros franceses de la corte de Carlomagno (Roldán, Carlomagno, etc.): son los romances carolingios.
Existen también romances novelescos y líricos, cuyo tema no está tomado de la historia o la épica tradicional.


b.    Esquemas

El esquema es una técnica sencilla, ya que depende directamente de cómo se haya realizado el subrayado y la lectura.  Lo puedes hacer en una hoja aparte o en el mismo libro o guía que estas estudiando.   En primer lugar debes leer el texto, intentar comprender la idea principal y las partes que apoyan esta idea principal, luego realizar con la misma información del texto un esquema.

El esquema es como un resumen, pero más preciso, sencillo y claro. Con un solo golpe de vista podemos percatarnos de la información que contiene el texto estudiado.

Por lo tanto, a partir de un texto determinado, se pueden realizar las siguientes actividades:

-        Localizar las ideas centrales del texto.

_        Subrayar las palabras o frases que destaquen esas ideas. Marcar sobre todo las palabras clave.

-        Anotar al margen la idea central del texto y de los distintos párrafos.

-        A partir de estas actividades hacer el esquema del texto, con él delante, ampliándolo con posteriores lecturas si es necesario.

A continuación un ejemplo de esquema basado en el texto de los romances que vimos anteriormente.

Esquema del texto "Los romances".

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Cronológicamente se dividen en:
Romances viejos:
1.  Autor anónimo.
2. Origen = Cantares de Gesta:
    a. verso se divide en dos octosílabos.
    b. rima asonante los pares.

Siglo XIV.
1. Temas:
    a. históricos: Cid, Infantes de Lara, D.Rodrigo.
    b. fronterizo: reconquista;
    c. carolingios: Carlomagno, Roldán.
    d. novelescos;
    e. líricos.


El esquema puede resultar una técnica muy útil para apoyar tu lectura, pues te permite, una vez que hayas realizado el subrayado de las ideas más importantes, disponer esta información de un modo más claro y directo.


c.     Resúmenes

El resumen es una de las actividades más importantes  dentro del estudio. tu puedes realizarlo después de haber subrayado el texto y de haberlo estudiado.

El resumen debe ser breve, pero completo, con las ideas fundamentales y utilizando tu propio vocabulario, y estructura de las oraciones, redactándolo en forma personal.

Se deben utilizar partículas de enlace entre los distintos párrafos, de modo que se produzcan una relación lógica entre los mismos.

Es evidente que un buen resumen depende mucho de la comprensión del texto y de las veces que se haya leído (son recomendables tres: una rápida, otra lenta con subrayado y otra más lenta con memorización y análisis).

El resumen se utiliza para sintetizar el contenido de un texto que luego hay que comentar o estudiar. Facilita el estudio y compresión de la lectura, y a su vez ayuda a la concentración mientras se estudia.

Con un buen conjunto de resúmenes de las distintas lecciones se puede realizar un excelente repaso final de todo lo que se ha estudiado.

Para dominar esta técnica, le sugerimos realizar los siguientes ejercicios:

-        Análisis y comentario escrito de textos.

-        Resúmenes de los mismos.

-        Lecturas detenidas.

-        Resúmenes de textos a partir de lo subrayado.

Es conveniente que luego de realizar el resumen, lo relea varias veces y, si es necesario, lo vaya completando con el texto enfrente.

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